El Síndrome de Angelman es un trastorno del neurodesarrollo de origen genético que afecta gravemente al lenguaje expresivo, la coordinación motora y la regulación neurológica. Fue descrito en 1965 por el pediatra Harry Angelman, y se asocia a una deleción o alteración en el cromosoma 15 de origen materno. A pesar de su baja prevalencia (1 de cada 15.000 nacidos), representa un verdadero reto para los profesionales de la educación y la logopedia.
En esta línea, el Trabajo de Fin de Grado de Andrea Belén Rivero Pellejero, logopeda, plantea una propuesta de intervención centrada en los sistemas aumentativos y alternativos de comunicación (SAAC), como vía para restaurar el derecho a comunicar de quienes no pueden hacerlo oralmente.
Uno de los datos más reveladores: aunque muchas personas con este síndrome no desarrollan lenguaje oral, sí conservan en buena medida la comprensión verbal, y muestran intención comunicativa activa. Esto exige un enfoque centrado en sus capacidades, no en sus limitaciones.
Los SAAC propuestos (desde el uso de signos manuales y gestos hasta sistemas gráficos como PECS, SPC o pictogramas), permiten abrir canales de comunicación funcional, adaptados a sus posibilidades cognitivas y motrices. El objetivo es claro: dotar al usuario de herramientas para expresar deseos, necesidades, emociones y opiniones, reduciendo frustraciones y potenciando su inclusión.
La intervención logopédica que se plantea no solo implica el trabajo directo con la persona, sino también con su entorno: familias, docentes y profesionales deben estar coordinados, para garantizar una implantación coherente, significativa y funcional de los sistemas comunicativos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario